Por: Eva Varona
El uso de las redes sociales se ha vuelto
un acto reflejo de nuestra sociedad.
Nadie puede negar que el siglo XXI le
pertenece a la internet y junto con ella, la manifestación de diversos fenómenos
que comienzan a definir nuestra era.
Las redes sociales son el eje en que se
gira permanentemente si se quiere subsistir en el mundo moderno.
Hoy más que nunca y en el transcurso de la
historia; la población se comunica, crea y consume información en hipervelocidad.
Hemos pasado por varias etapas de este
vertiginoso evento que incluso la velocidad con la que viaja esta información
dentro de nuestra sociedad se ha vuelto irrelevante, porque ahora lo que
buscamos es la permanencia, la longevidad en la que nuestros mensajes
sobreviven en la autopista de la hipervelocidad informativa.
Lo que en este momento es noticia, pierde
relevancia en 24 horas o menos; en el transcurso de una semana es un recuerdo y
en un mes ya es historia.
Ante esta situación valdría la pena
preguntarnos:
¿Existe un mensaje que sea inmune a la hipervelocidad, que sea permanente y al mimo tiempo viral?